Precalentar el horno: Precalienta el horno a 120°C con calor arriba y abajo, sin ventilación.
Separar las claras: Separa las claras de las yemas de los huevos. Puedes duplicar las cantidades si deseas hacer más merenguitos.
Montar las claras: En un recipiente, con una batidora de mano o manual, comienza a montar las claras de huevo a velocidad media. Para que las claras se monten más rápido, es importante que estén a temperatura ambiente. Añade entre 3 y 4 gotas de jugo de limón para ayudar a que los merenguitos queden bien blancos.
Añadir el azúcar: Cuando las claras alcancen el punto de nieve (picos suaves), comienza a agregar el azúcar poco a poco en forma de lluvia. Es importante hacerlo lentamente para que el merengue mantenga su textura adecuada. Continúa batiendo hasta que se formen picos firmes y brillantes, lo que se conoce como el pico del oro.
Formar los merenguitos: Coloca el merengue en una manga pastelera y forma los merenguitos sobre una bandeja de horno forrada con papel encerado. Puedes darle la forma que prefieras, utilizando una boquilla para crear espirales o picos.
Opcional - Añadir sabor y color: Si deseas variar los merenguitos, puedes espolvorear cacao en polvo por encima o añadir colorantes alimenticios para darles un toque de color. También es posible usar sabores adicionales como vainilla o almendra.
Hornear: Coloca la bandeja en la parte media del horno. Para evitar que los merenguitos se doren, coloca otra bandeja vacía en la parte superior del horno para bloquear el calor directo. Hornea a 100°C durante 1 hora y 30 minutos, o a 120°C durante 1 hora y 15 minutos, dependiendo de tu horno.
Enfriar: Una vez horneados, deja que los merenguitos se enfríen dentro del horno para que se sequen completamente. Cuando estén fríos, guárdalos en un recipiente hermético libre de humedad.